El arquitecto Leandro Erlich gestó para el Museo de Arte Contemporáneo de Kanazawa (Japón) una instalación cuya virtud es simular que podemos caminar por el fondo de una piscina. El efecto óptico de los visitantes que se acercan al bordillo de la piscina lo podemos ver en este vídeo. Así, no es descabellado confirmar que esta piscina no es una piscina. ¿O sí?