La compañía taiwanesa Miniwiz compacta toneladas de plástico y otros materiales para construir escuelas, teatros, entre otras edificaciones y acaba de inaugurar su buque insignia: El EcoArk.

Este peculiar edificio, construido con 1,5 millones de botellas de agua, aúna arquitectura moderna e ingeniería del reciclaje. Actualmente ostenta el título de mayor edificio del mundo construido con botellas de plástico. 

Su diseño se organiza en tres plantas y cuenta con un anfiteatro y un salón de exposiciones.  Es un edificio sostenible, diseñado para resistir tifones y seísmos, muy frecuentes en la zona. Una cascada en la que se aprovecha el agua de lluvia, sirve para alimentar el sistema de aire acondicionado, además de ser un atractivo natural del lugar.

Miniwiz colabora con las zonas en las que construye sus edificios y, a través de proyectos de economía circular, son los propios vecinos que ayudan a reunir las botellas necesarias, obteniendo un variable según la cantidad recolectada. Recientemente, en un proyecto realizado en el Tibet, requirieron 1,5 toneladas de plástico que lograron recolectar en menos de 9 días gracias a la motivación de los vecinos.

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