En la ciudad histórico-artística de Roubaix han dado una nueva vida a una piscina abandonada. Esta joya del Art Déco, diseñada por el arquitecto Albert Baert en los años 30, había simbolizabo el progreso y la modernización de esta zona del norte del país. Un lugar para el esparcimiento, con club social, baños públicos, lavandería, sala de vapor e incluso un peluquería. Tras unos años de desuso una importante reforma le ha devuelto todo su esplendor y se ha convertido en la sede sede del Museo de Artes Decorativas y de la Industria de Roubaix que acoge distintas colecciones de pintura, escultura, diseño, elementos textiles, cerámicas…

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