Fotografía: Mariela Apollonio

Ubicada en un marco incomparable en el corazón de Les Marines, Denia, Carmen House se ha convertido en una de las obras más virales en redes sociales y en todo un ejemplo de elegancia, sofisticación y continuidad. Su arquitecto, Carles Faus, ha creado una obra en la que el color blanco es el auténtico protagonista, ya que actúa como generador y conductor de la luz. Este arquitecto, cuyo estudio se ubica en Algemesí (Valencia), ha convertido esta creación en el corazón de una obra que se expande y adapta a otros países como Arabia Saudí, Portugal o Argentina. Carles Faus diseñó Carmen House en 2015, año en el que terminó la carrera y montó su estudio. Fue su primer proyecto y el que más alegrías le ha dado.

Compuesta de dos plantas y un jardín con piscina, con su color blanco, tan típico de las casas ibicencas, sus toques de madera y el verde de la plantas, tiene este aire de casa de vacaciones que nos encanta. La base del proyecto se podría traducir como un gran lienzo blanco al que se ha dotado de diferentes pigmentos blancos para componer todos los espacios. Al entrar, la vivienda nos recibe con una gran abertura con vistas hacia la piscina en el primer plano, y hacia el castillo de Dénia en un plano más difuso. Un diseño, donde la ubicación de los espacios viene dada, en gran parte, por la trayectoria de la luz a lo largo del día. Esta gran abertura, con capacidad de difuminar, una vez abierta, la relación interior-exterior, queda enmarcada por un porche de las mismas dimensiones, el cual mitiga la entrada del sol en los meses más calurosos del año, favoreciendo de este modo su estancia en el mismo.

Carmen House fue concebida como una segunda residencia, por lo que su carácter vacacional implica proteger la vivienda del sol pero no negarse a sus beneficios. Las aberturas son más pequeñas en la zona sur para garantizar la iluminación en los meses de invierno. A su vez, emplea el color blanco como conductor de la luz solar para así proyectar sensaciones en diferentes momentos del día. También se apuesta por un paisajismo sencillo, como el cactus de gran porte junto a la piscina. Porque ante todo, vivimos una época en la que necesitamos reinventar los espacios, apoyarnos en el minimalismo y adaptar ese lugar en el que queremos vivir al nuestro propio. Quizás sean nuestras ganas de playa, o se trate de una de las necesidades más antiguas del Mediterráneo: protegerse del sol pero utilizarlo para proyectar un verano eterno.

¿Te imaginas dándote un chapuzón en su piscina y disfrutando de su increíble entorno?

Una noticia de www.abrisud.es