Los espacios o las instalaciones obsoletas se reinventan. Es el caso de este viejo ferry de los años 50 aún anclado en el río San Lorenzo de Montreal. Lo que en su día fue un barco de pasajeros que transitaba la ruta entre Sorel y Berthier (Quebec, Canadá), hoy está acondicionado como un curioso circuito de spa de cinco pisos.

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Atracado aún en el puerto de Montreal, el spa Bota a Bota renueva aquel viejo ferry, mantiene su nombre y hoy se convierte en un lugar que aúna los beneficios de la balneoterapia con el arrullo del mar. Los bañistas disponen de terapias de masajes, tratamientos corporales o faciales, manicuras, pedicuras, clases de yoga y meditación, además de la posibilidad de contemplar desde el mismo barco las vistas del viejo puerto montrealés.

(Fotos Bota Bota)